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miércoles, 5 de noviembre de 2008

Elides J. Rojas L. // El chavismo es una adicción

tomado de eud.com

Es tan fuerte que no deja ver lo mal que andan las cosas, pero afortunadamente se cura


El grupo de calificados científicos de la World Science Watch (WSW), especie de mirones de palo de lo que pasa con la ciencia en el mundo; una cofradía de investigadores del más alto nivel, todos Premio Nobel, todos de 20 desde el preescolar, todos unos machetes de verdad, no al estilo hablador de paja y jefedependiente, tan de moda en los últimos tiempos, gritó al unísono, casi histéricamente y con manos alzadas, ¡Na' guará!, cuando recibió el resultado de la última investigación social en Venezuela.

Y no era para menos. Los cráneos de la WSW no tienen porqué saber que el ilustre matemático Nelson Merentes, inventor del Kino electoral chavista, el ministro de Finanzas que nunca encontró en las gavetas lo que hizo el revolucionario Tobías Nóbrega con papeles y edificios y, para más señas, compañero de camino de las andanzas revolucionarias del líder, es el mismo autor de las encuestas que causan la alarma de los Summa Cum Laude, quienes no se explican cómo en 10 años la popularidad, la credibilidad y la aprobación del comandante presidente anda cerquita del 100%. Los superiores de la WSW se plantean una hipótesis con dos cabezas. O los venezolanos son más chuletas que los cubanos o, sencillamente, el soberano está enfermo. Sufre de adicción al chavismo. Para estos superdotados no hay otra explicación. No importa lo mal que se gobierne, lo que se roben, lo que despilfarran, las mentiras, los fraudes, las amenazas, los engaños, los favoritismo con gente como Fidel o Evo. No importa la ineficiencia, la destrucción de Pdvsa o del sistema eléctrico. La entrega disimulada de la Faja al capital extranjero. No importa que los funcionarios más emblemáticos sean unos ladrones consumados. A esos se les protege descaradamente. No importa que los hospitales se estén cayendo o que las calles de las ciudades parezcan vías rurales. No importa la amenaza diaria ni el chantaje canalla. No importa el entreguismo a Fidel Castro ni el autoritarismo descarado a la hora de ejercer el poder.

Para los machetes de la WSW; si nada importa, salvo la bequita y la platica quincenal que obliga a pasar coleto en las calles a los empleados públicos; entonces, no hay remedio. Estamos hablando de una sociedad jalamecate, cómoda, dominada y arrodillada sin más.

Pero, si ese intenso amor por el líder satelital, es tan perturbador que no deja ver lo malo, pues, sí hay chance. Es una adicción. Hace daño, te mata poco a poco, pero se puede curar.

Para los científicos de la WSW hay remedio. Igual que en caso de drogas o alcoholismo. Lo primero es reconocer el estado. "Sí. Soy chavista. Eso me hace daño. Pero, créanme, lo voy a dejar". Es el primer paso. Muchos comenzaron el tratamiento y están mejorando. Ya notan hasta la basura en las calles. Por eso al jefe se le ve tan mal. Como bravo, como nervioso.

Cosas de encuestas. Y de la ciencia.

erojas@eluniversal.com

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