jueves, 29 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
Raúl: Otro capítulo que se cierra.
El fútbol empezó para mi por el año 1985. En aquel entonces en el Real Madrid mandaba la Quinta del Buitre, siendo El Buitre, Don Emilio Butragueño, el siete, abanderado de aquella prodigiosa generación de jugadores de la cantera blanca que sólo el infortunio evitó que lograran mayores cosas, tanto con los merengues como con la roja nacional.
domingo, 25 de julio de 2010
sábado, 24 de julio de 2010
Desde la Tribuna - "1er GM venezolano"
miércoles, 14 de julio de 2010
lunes, 12 de julio de 2010
Desde la Tribuna - "Mi Equipo"
sábado, 10 de julio de 2010
Desde la Tribuna - "El General, su Herencia"
Rinus Michel
viernes, 9 de julio de 2010
Balón de Oro del Mundial
jueves, 8 de julio de 2010
España ya es la gran favorita
Lo dije el primer día ¿se acuerdan? Al día siguiente de que España perdió con Suiza, junto al de anoche, su mejor partido. Dije que la seguía viendo entre las tres o cuatro favoritas. Su fútbol de anoche ante la poderosa Alemania así lo demuestra. Holanda y España. No podía pedir una final más atractiva. ¿Con quien voy? Soy holandés, pero defiendo el fútbol que juega España. Quiero disfrutar esta final intensamente.
1. Jugando bien tienes más posibilidades
España, la copia del Barça, es el mejor anuncio del fútbol. Y la prueba de que jugando bien, queriendo agradar, apostando por un fútbol ofensivo, tienes más posibilidades de ganar que especulando. No hay duda de que Alemania sabía lo que le iba a pasar, como puede que lo esté pensando ahora Holanda.
Si te enfrentas a un equipo que quiere tener el balón, sufres. Anoche, la misma Alemania que nos deslumbró ante Argentina, jugó su fútbol, en su mejor estilo, un fútbol que, sin duda, le hubiese bastado para ganar a cualquier otra selección, pero no a España. España, si vas a por ella, te mata. Ese y no otro fue el problema de los alemanes, que se enfrentaron a un equipo que antes, durante y después del partido sigue siendo mejor que ellos.
2. Pedrito, marca de la casa azulgrana
No quiero polemizar y menos con Hierro, que asegura que España tiene su propio estilo, que no copia al Barça. Lo siento pero el estilo de España es el estilo del Barça. La selección que derrotó a Alemania tuvo un centro del campo con Xavi, Iniesta, Busquets y, a menudo, Pedrito. Y fue ese centro el que ganó con cabezazo de Puyol, otro azulgrana. La idea de Del Bosque de colocar a Pedrito demuestra que sabe a la perfección lo que le puede ofrecer cada jugador azulgrana: posesión, pocas pérdidas de balón, profundidad, sacrificio por todo el campo y, sobre todo, presión cuando pierden el balón. Ese modelo es Pedrito al completo. Un apunte más: falló el 0-2 porque esperó que llegase Torres y como el Niño tardó, llegaron los alemanes y se la quitaron. Si hubiese sido egoísta, como cualquier otro delantero, hubiera podido marcar, sí. Pero no hubiese sido Pedrito, siempre generoso, siempre servicial, solidario.
3. España ha sabido gestionar la presión
No es fácil perder el primer partido. Y menos si vas de máxima favorita, de campeona de Europa, de selección lujosa que se ha clasificado para el Mundial con poder, con fútbol y fantasía. España perdió el único partido, junto al de anoche, que podía disfrutar. Por eso han sido sus dos mejores partidos. En el primero, jugó a placer porque sabía que, si perdía, podía recuperarse. Y así lo hizo, así ocurrió y así ha podido recuperarse. Y anoche, ante Alemania, también salió a disfrutar, a pasárselo bien, a tocar y tocar, a buscar con mimo sus ocasiones (no hay selección que cree más oportunidades de gol que España ¡imposible!) y lo hizo porque ya había conseguido un premio grande, enorme: pasar de los malditos cuartos de final. Ahora le viene otro partido, el último, la final, del que solo disfrutará si gana. Ya dicen que las finales no se juegan, se ganan. Y España sabe que, pese a tener una gran generación futbolística, tal vez le cueste conseguir una oportunidad como la que se le presentará, el próximo domingo,ante una selección holandesa que sabe que se va a enfrentar al mejor equipo del mundo. Bella final.
4. Holanda prefería Alemania, seguro
Todos los holandeses preferían a Alemania en la final. No hay duda. Por dos motivos fundamentales: uno, querían intentar ganar a los alemanes en una final, recordando la del 74. Y, dos, España se queda con el balón y Holanda, con menos físico y fondo que Alemania, que anoche las pasó canutas y acabó desfondada, sabe que no va a poder perseguir el balón durante los 90 minutos de la final. Holanda, eso sí, se aferrará a dos cosas. Una, es una final, partido único y puede pasar de todo. Y, dos, a España, que ha creado decenas y decenas de ocasiones de gol, le cuesta un mundo meter un gol. El resto depende solo de España, sí.
miércoles, 7 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Mundial Sudáfrica 2010 - Cuartos de Final
jueves, 1 de julio de 2010
El mundial del tercer mundo.
¿Cuántos alemanes hacen falta para cambiar una bombilla? Uno. Ese alemán compra la bombilla (de bajo consumo), verifica que la lámpara funciona, que no hay problemas eléctricos, cambia el cableado si está mal y limpia la lámpara de polvo. Al final, el alemán satisfecho con el trabajo hecho se marcha a casa.
¿Cuántos sudafricanos hacen falta para cambiar una bombilla? Dos para ir a buscarla, otros tres para buscar a los primeros que fueron, otro que preste la escalera, otro que quite la bombilla, cuarenta que tocan las vuvuzuelas, un guardia de seguridad armado para que no roben al que cambia la bombilla, otros cuarenta que sólo miran, diez que cocinan para todas las personas presentes y uno que ponga la bombilla. Y si hay un problema otros dos que vayan a buscar a un alemán al aeropuerto para que lo haga él. Al final, los casi cien africanos prueban la luz y si funciona montan una fiesta para celebrarlo.
Esta comparación sirve como la mejor introducción para comparar entre la experiencia de vivir un mundial en Alemania y vivirlo en Sudáfrica. Tuve la suerte de asistir a ambos eventos y hay que reconocer que el mundial del 2006 fue un mundial impecable, con buenas infraestructuras, seguro (aunque a mi me robaron sin darme cuenta), entretenido (habían conciertos en la calle) y atendido por voluntarios eficientes y bien informados. Los aficionados no tenían nada de que preocuparse y lo daban todo por sus equipos. Mención especial para los argentinos y mexicanos quieres eran los que más y mejor animaban con sus canciones, disfraces y pancartas. Ellos y el marketing de FIFA y marcas deportivas generaban un ambiente agradable en el que todos los aficionados disfrutaron y celebraron juntos. Entre las cosas buenas de este mundial se puede destacar que finalmente se puso fin al fenómeno de los Hooligans.
Por otro lado, el mundial del 2010 difiere en muchos puntos con el de Alemania. Los dos principales problemas de este mundial han sido la inseguridad y el transporte público. Desde antes de haber llegado al país ya se me había advertido por activa y por pasiva que debía tener cuidado en Sudáfrica, no estar en la calle de noche, no acercarme a las estaciones de tren y autobuses y mucho menos montarme en uno de ellos. El transporte público por otro lado fue inexistente para aquellos que no estuviesen acostumbrados al complejo sistema de minibuses que movilizan a la población de un lado a otro y que no tienen ninguna señal que indique origen o destino a donde se dirigen.
El país anfitrión de este mundial intentó paliar ambos problemas. En todas las zonas turísticas y los estadios se desplegó un gran número de policías y tengo que reconocer que en ningún momento me sentí inseguro (siempre y cuando no saliese de las zonas turísticas). Incluso tuve la oportunidad de ir a ver el partido Sudáfrica – Francia en un “township” negro y no solo me sentí protegido sino también bienvenido. Pero fuera de estas zonas se debía andar con cuidado. Así que aunque la seguridad no era un verdadero problema, si lo era la incomodidad de tener que estar tomando precauciones en todo momento.
En cuando al transporte público, Sudáfrica intentó aliviar este problema inaugurando el nuevo “Gautrain” un tren que une al aeropuerto con la zona turística de Johannesburgo. Tanto el tren como el aeropuerto son propios del primer mundo, y hubiese sido perfecto si hubiesen estado inauguradas todas las estaciones que se han planificado y no solo las estaciones importantes. Para los partidos de futbol en Johannesburgo, el despliegue de autobuses preparado fue más que suficiente para desplazar los más de ochenta mil aficionados de un lugar al otro de la ciudad sin problemas ni de seguridad ni de tráfico. En todos lados se podían encontrar voluntarios dispuestos a dar la información necesaria amablemente, aunque muchas veces daba la impresión de que hacían falta cinco voluntarios sudafricanos para dar las mismas prestaciones que uno alemán. Al igual que con la seguridad, la solución fue parcial porque aunque no había problemas para trasladarse a los estadios, si era mucho más complicado explorar la ciudad con libre albedrío. La única opción era el alquiler de automóviles o el uso de taxis, pero los primeros estaban todos alquilados mientras que los taxis duplicaron sus tarifas durante el mundial.
No todo fue malo en este mundial, ni mucho menos. De hecho se puede apreciar en las distintas transmisiones de los partidos que los nuevos estadios construidos para el mundial son espectaculares. Tuve la oportunidad de ir al estadio de Soccercity en Johannesburgo y puedo decir que es el estadio más increíble que he pisado por encima de los estadios de Frankfurt y Kaiserslautern (a los que entré en el 2006) e incluso que el Santiago Bernabeu, San Siro o el Camp Nou. En las afueras de los estadios se vigilaba que no hubiese reventa de entradas (uno de nuestros acompañantes fue arrestado por una hora por intentar comprar en reventa) y se podía comprar de todo, tanto cerveza como las famosas vuvuzuelas, las cuales no son fáciles de hacer sonar.
Pero si hay algo del mundial de Sudáfrica que superó al de Alemania (y posiblemente a todos los mundiales desde México ‘86) eso fue en la calidez de su gente y el ambiente que se respiraba. Mientras que en Alemania disfruté de la experiencia de un mundial probablemente similar a los mundiales de Francia, Japón o EEUU; en Sudáfrica experimenté el “Mundial de África”. La mayoría de personas que tuvimos la suerte de asistir a este mundial volvimos con la impresión de que asistimos a un evento que difícilmente se pueda repetir porque aunque se vuelva al país como turista, no habrá el mismo ambiente del mundial y aunque se vaya a otro mundial, no será en este lugar tan especial.
Mientras que en Alemania muchas personas vivían ajenas al mundial en el 2006, en Sudáfrica daba la impresión de que todo el mundo estaba involucrado. Todos los sudafricanos que conocimos se preocupaban porque la pasáramos bien, nos preguntaban si nos habían tratado correctamente y se veían orgullosos de haber organizado una fiesta como el mundial en su país. Se notó que aunque no todo era perfecto, el país entero puso de su parte para hacer de este un buen mundial. Y creo que lo lograron. Los tambores, las odiadas vuvuzuelas, la comida y la vestimenta de la gente te recordaban una y otra vez que estabas sumergido en una cultura distinta. Se tenía la impresión de que además de disfrutar del mundial se estaba de turismo en un país con muchas cosas que ofrecer. Los fanáticos pudieron seguir animando a sus equipos, los mexicanos y argentinos volvieron a ser las mejores aficiones y no se vio ningún indicio de “hooliganismo”, pero aparte de eso, aquellos que hicieron el largo viaje hasta Sudáfrica pudieron ir de safari, sumergirse en una jaula con tiburones blancos, comer zebra o cocodrilo, bailar y comprar cosas típicas africanas y conocer sobre Mandela y la historia del pueblo sudafricano. En Alemania rebosaba la eficiencia mientras que en Sudáfrica está fluyendo la amabilidad.
Pero lo más interesante de todo es el hecho de que no solo los aficionados pudieron beneficiarse del mundial. Varias veces he oído como las olimpiadas de Barcelona convirtieron a una ciudad con grandes problemas en el destino turístico que es Barcelona hoy en día. De la misma manera el mundial del 2010 será un evento que marcará un hito en la historia de Sudáfrica y mejorará a un país de muchas formas. El mundial no solo está aportando dinero a la economía surafricana, también infraestructuras de primer mundo para un país del tercero, turismo (varias personas repetirán tras conocer Sudáfrica por primera vez) y lo más importante: está demostrando a los habitantes de un país donde aun hay grandes divisiones raciales que el resto del mundo no cree en estas divisiones. Estoy seguro de que Sudáfrica tras el mundial tendrá un mejor futuro que si no lo hubiese tenido y espero que dentro de cuatro años el mundial de Brasil se parezca más al mundial del 2010 que al de hace cuatro años. Lo único seguro es que estaré contando los días.