El elogio más grande al Barça
lo dio Mourinho con su alineación. Para jugar en casa con siete defensores es que has de tener mucho miedo. El Bernabéu no suele permitir planteamientos así de sus técnicos. Al menos, hasta hoy. Incluso ganando una Liga en su día, Capellopuede dar fe de ello.
Miedoso pero listo. Así es Mourinho. La rueda de prensa previa al partido le sirvió para la comparecencia posterior al clásico. Eligiendo a quién respondía y a quién no, insistiendo en el discurso deyo con 10, ellos siempre con 11, no tuvo que dar explicaciones de por qué alineó a tantos defensas. ¿Molestó su comportamiento? A unos sí y a otros no. Y en la división halló el escudo para hablar de todo menos de fútbol.
Mourinho es un entrenador de títulos, no de fútbol. O mejor dicho, no es un técnico de fútbol si entendemos este deporte como espectáculo o divertimento para los que lo ven, ya sea en casa o en directo. Aun así, al Barça le sirvió de mucho. Si el técnico blanco fue capaz de salir con lo que salió en el Bernabéu, qué no va a hacer en Mestalla con un título en juego y a partido único. En este sentido los de Guardiola ya están avisados. Y aun siendo fieles a su estilo, tendrán que mejorar.
Disfraz de equipo menor
Mourinho deja caer siempre que entrena el 10 contra 11 cuando le toca enfrentarse a los azulgranas. El Barça sí que haría bien en entrenar y perfeccionar el 11 contra 10. Por dos razones. Una, porque si el Madrid insiste en disfrazarse de equipo pequeño, menor, si insiste en jugar atrás, cediendo el campo, el balón y toda la iniciativa al Barça, lo más normal es que se repita fácilmente otra expulsión entre las filas blancas. Yo, de Mourinho, entrenaría ya no el 10 contra 11, sino el 9 contra 11. Porque en el caso de ubicar a Pepe en el mismo sitio y con las mismas funciones, de repetirse la actuación del brasileñoportugués, lo más normal es que no acabe el partido.
En muchos momentos el Madrid-Barça me recordó el Holanda-España de la final del último Mundial. Ese día, para vergüenza mía, Holanda se dedició más a repartir que a jugar al fútbol. Y así le fue. Derrotado y dejando una muy mala imagen al mundo. Curioso. Los mismos que ahora aplauden las argucias de Mourinho con su Madrid, un muy buen Madrid por el talento y elementos que atesora, ese día se enfadaron, y con razón, con el planteamiento de los holandeses.
La segunda razón para, en el caso del Barça, entrenar y perfeccionar el 11 contra 10 es que no es admisible que el rival te cree más posibilidades con uno menos que con su equipo al completo. Evidentemente falla algo. Básicamente dos cosas. Una, que tu cabeza da por hecho, de forma inconsciente, de que yendo
0-1 y con ellos con uno menos ya están muertos. Y ahí bajas un poco. Tú, este y aquel. Y dos, que en el rival pasa exactamente el contrario. Todos pasan a dar un poco más. ¿Solución? Simple pero efectiva: el balón, por mal que esté el césped, siempre un poco más rápido. Y el juego de posición, igual que contra 11. Nada de ir unos metros hacia atrás. Y a buscar el uno contra uno en todo el campo. Así hasta dar con la superioridad que realmente tienes numéricamente con un jugador más.
Superioridad que, haciendo mover al rival de aquí para allá, insistiendo en el uno contra uno, se acaba traduciendo en espacios para, entonces sí, materializar tu ventaja numérica. Si ocurre como el sábado, que ellos tienen más poder de reacción siendo uno menos, es tu fallo y no tanto su virtud. En el clásico de la primera vuelta, en el Camp Nou, creyéndoselo o no, pensando que tenía la misma calidad que el equipo de Guardiola, el Madrid cayó 5-0 sin paliativos.
Paso hacia el título
Ahora, adaptándose por completo al Barça, a su juego ofensivo y de posión interminable, a frenar las virtudes del rival más que a potenciar las suyas, el Madrid ha empatado y gracias. Viniendo de donde se venía, ese 5-0 y el otro 5-0 (el de victorias del Barça de Guardiola sobre el Madrid en los últimos tres años), este empate parece poco. Pero es mucho.
Perfecto. Ocho puntos de ventaja en la Liga y un partido menos. Seguro que no fue el mejor encuentro del Barça del año, pero aun así, con el planteamiento más fiel a sí mismo de Mourinho de toda la temporada, en el Bernabéu, los azulgranas acaban empatando y dando otro paso hacia la consecución del título que realmente acredita quién es el mejor y quién no tanto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario